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Las alergias respiratorias han aumentado progresivamente en los últimos años

Las alergias respiratorias han aumentado progresivamente en los últimos años

Este aumento de debe a múltiples factores, entre ellos, la contaminación ambiental, cambios en la dieta, obesidad y sedentarismo, aumento de alérgenos intradomiciliarios, ambientes más industrializados y “más limpios” libres de patógenos.

Según detalla la Dra. Valeria Palma, inmunóloga del Hospital Clínico Universidad de Chile, respecto a este aumento «Hay teorías que se están desarrollando hoy en día en relación a los cambios y alteraciones en el microbioma (conjunto de microorganismos que conviven en nuestro sistema gastrointestinal y respiratorio y que no son patogénicos)«.

Enfermedades alérgicas respiratorias:

Rinitis alérgica: se define como la inflamación de la mucosa nasal inducida por la exposición a determinados alérgenos que ingresan por via inhalatoria. Se estima que en países industrializados afecta entre 10-30% de la población adulta y pediátrica. 

Se manifiesta por estornudos, secreción nasal acuosa, picazón de nariz y congestión nasal. En muchos casos la rinitis alérgica coexiste con la conjuntivitis alérgica que cursa con enrojecimiento conjuntival, lagrimeo y picazón ocular. Además, puede asociarse a otras patologías como sinusitis, asma bronquial, dermatitis atópica, entre otras.

Los alérgenos causantes de la rinitis alérgica más importantes son los pólenes (pastos,  árboles y malezas), los ácaros del polvo, los epitelios de animales (perro y gato) y los hongos. Puede clasificarse en función de su severidad y su impacto en la calidad de vida en leve o moderada/severa, y también en función de la temporalidad de los síntomas en intermitente o persistente.

El diagnóstico es clínico, dado por la sintomatología descrita y su relación con la exposición a los alérgenos. La sensibilización alérgica puede corroborarse a través de exámenes como  el prick test a inhalantes, que consiste en poner en la piel una pequeña gota de extractos de distintos aeroalérgenos. Luego se procede a hacer un pequeño piquete con una lanceta y esperamos 15 minutos para ver la reacción. Si existe una sensibilización positiva se formará una roncha mayor a 3 mm en la zona donde se aplicó el alérgeno. Otros exámenes útiles son la medición de la IgE específica a determinados alérgenos e incluso más concretamente a moléculas muy pequeñas que son responsables de la alergia, a lo que llamamos diagnóstico molecular y  nos permite hacer un diagnóstico mucho más preciso.

Una vez que el médico realiza el diagnóstico de rinitis alérgica, éste ofrecerá un tratamiento dependiendo la severidad y temporalidad de los síntomas. Dentro de las alternativas terapéuticas están: 

–  Tratamiento sintomático que se utiliza para reducir los síntomas y tratar la inflamación: antihistamínicos orales y/u oculares, corticoides intranasales y medidas de prevención ambientales.

–  Tratamiento etiológico que corresponde a “vacunas de alergia” o inmunoterapia y que consiste en administrar dosis creciente del alérgeno en forma progresiva, con el fin de inducir una especie de tolerancia del sistema inmune al alérgeno responsable de la alergia. Pueden ser administradas por vía subcutánea o sublingual y el tratamiento dura entre 3-5 años.

Asma bronquial: es una enfermedad crónica que se caracteriza por la inflamación de la mucosa bronquial, en que participan distintas células del sistema inmune. Cuando la exposición a determinados alérgenos inhalados, similares a los descritos para la rinitis alérgica, gatilla mecanismos inmunes que originan la inflamación, podemos estar en presencia de una asma bronquial alérgico.

Los principales síntomas de los pacientes que presentan asma son: tos que puede exacerbarse por las noches, con el ejercicio, con el llanto o la risa; dificultad respiratoria variable, sensación de pecho apretado, pititos o silbidos en el pecho que son producidos por la salida o entrada del aire a través de los bronquios inflamados.

Estos síntomas no son específicos para el asma, por lo tanto, pueden estar presentes en otras patologías pulmonares. Por esta razón es importante consultar a médico especialista adecuado para poder hacer un diagnóstico certero.

Si bien el diagnóstico del asma es clínico, existen también exámenes que permiten evaluar la sensibilización alérgica, los mismos descritos para rinitis alérgica, y otros enfocados a la medición de la funcionalidad pulmonar como la espirometría, pruebas de hiperreactividad bronquial, entre otras. El médico determinará cuáles exámenes son complementarios a la historia clínica.

De acuerdo al grado de severidad y de la temporalidad del asma, y fundamentalmente si está compensado o no compensado, el médico indicará el tratamiento que llamamos escalonado o por etapas. El médico inicia el tratamiento en el escalón que considera más apropiado para cada paciente. El objetivo es alcanzar un control rápido y mantenerlo subiendo de escalón cuando éste sea insuficiente y bajando cuando el control sea adecuado con la mínima medicación posible.

En el control del asma hay que considerar todos los aspectos del tratamiento; es tan importante el uso adecuado de los medicamentos, como la prevención, educación y autocuidado, manejo de los agravantes y control de las crisis.

Los medicamentos para tratar el asma son múltiples. Entre ellos están los broncodilatadores de acción corta y larga, los corticoides inhalados, inhibidores de leucotrienos, entre otros. Hoy en día además están en desarrollo una serie de medicamentos que llamamos “biológicos” que han sido creados para bloquear o disminuir respuestas inmunes especificas implicadas en el asma y  permiten ofrecer una alternativa terapéutica a pacientes cuyo perfil de la enfermedad es severo.