Diagnóstico de las alergias
La parte fundamental de un buen diagnóstico es efectuar una completa historia clínica.
«Esta revisión de la historia clínica nos puede ofrecer datos muy importantes sobre una determinada reacción con una sustancia causal: un alimento, un medicamento, una picadura de insecto«, nos explica la Dra. María Antonieta Guzmán, jefa del Servicio Inmunología, Alergias y VIH.
Generalmente las personas que presentan una reacción alérgica han tolerado previamente el alérgeno que ahora les está produciendo la reacción, porque primero se requiere de un período llamado de sensibilización. Ante contactos posteriores con el mismo alérgeno u otro muy parecido, se desencadenan los síntomas alérgicos.
Luego de tomada la historia clínica, el inmunólogo diseña el estudio que efectuará a su paciente según las sospechas clínicas establecidas en la historia.
Posteriormente, se tiene la posibilidad de efectuar pruebas en sangre que son las IgE específicas y dirigidas contra el alérgeno (sustancia casual) para probar la sensibilización de gran importancia en las reacciones inmediatas.
Hasta aquí, las IgE específicas se solicitaban para fuentes completas, por ejemplo el huevo, pero ahora se dispone de IgE específicas a las diferentes proteínas de una determinada fuente, como es por ejemplo, el ovomucoide de la clara del huevo. En este caso, si la Ig E específica a ovomucoide es positiva, la alergia al huevo del paciente será más prolongada y más grave que si la IgE específica a ese alérgeno del huevo es negativa. El poder efectuar IgE específica a estas fracciones o a componentes de los alérgenos, se llama diagnóstico molecular, herramienta con la que contamos recientemente en nuestro país.
Las pruebas cutáneas, por otra parte, son de gran importancia en el diagnóstico alergológico y entre ellas destacan los prick test que se efectúan para el estudio de reacciones inmediatas.
En nuestro Centro de Alergias podemos efectuar estas pruebas para alimentos (con extractos comerciales y alimentos frescos), medicamentos, látex, alimentos relacionados y otras fuentes alergénicas.
En el caso de reacciones retardadas, como por ejemplo, una diarrea crónica por alergia a alimentos o una reacción retardada cutánea por un medicamento, podemos efectuar además pruebas de parche, cuya interpretación corresponde al médico tratante.
Cuando existen dudas acerca de la causalidad de un alérgeno, efectuamos pruebas de provocación con el alérgeno, las que también sirven para establecer alternativas seguras para los pacientes, en especial, en materia de alergia a medicamentos.
Cuando aparece un posible cofactor de alergia, por ejemplo, el ejercicio en casos de alergia alimentaria, la provocación que se efectúe no solamente deberá incluir la ingesta gradual del alimento, sino también, que el paciente efectúe ejercicio para probar su diagnóstico.
Todas estas pruebas deben ser efectuadas en un centro especializado que ofrezca al paciente condiciones de seguridad y la posibilidad de tratamiento si se presentan reacciones adversas con estos procedimientos.