Recomendaciones de ejercicios respiratorios y actividad física
La presente pauta va dirigida a personas afectadas por Covid-19 que se encuentren en periodo de recuperación tras el alta hospitalaria. Las pautas entregadas son recomendaciones generales, por lo cual se debe tener en cuenta la situación de cada persona, considerando su grado de afectación durante y después del Covid-19, la gravedad de los síntomas, la evolución clínica y las otras enfermedades presentes (enfermedades crónicas de base previas a la infección por coronavirus). En los casos de mayor gravedad se recomienda la supervisión de un profesional.
La recuperación del síndrome de dificultad respiratoria aguda post Covid-19 puede ser un proceso largo que necesite apoyo mientras logra su recuperación. Si bien cada persona es diferente, estar al tanto de las dificultades que podrían presentarse una vez que se dé el alta hospitalaria y tener algunas recomendaciones prácticas en cuanto a cómo sobrellevar mejor este proceso, serán de utilidad para una mejor recuperación en casa y para retomar y mejorar su calidad de vida.
Las siguientes recomendaciones elaboradas por las kinesiólogas Paula Horta y Fernanda Aleitte, están orientadas a que usted pueda reconocer los efectos de la actividad física en su cuerpo y con ello pueda ir progresando paulatinamente en la mejoraría de sus capacidades, asociado al reintegro progresivo de sus actividades.
Consideraciones previas al inicio del ejercicio en casa
Busque un lugar con espacio amplio para realizar los ejercicios. Si no dispone de éste, despeje el máximo posible de objetos el lugar donde trabajará.
Lávese las manos y los implementos que use al inicio y al terminar su sesión de ejercicios.
Utilice ropa cómoda y calzado seguro, idealmente tipo zapatillas o similar
La hidratación es muy importante; tenga siempre a mano una botella con agua.
Sea constante. Considere que la recuperación física posterior a Covid-19 puede ser lenta y variar entre distintas personas según la condición física previa, tiempo de hospitalización y gravedad de la enfermedad.
Detenga inmediatamente el ejercicio si siente dolor, mareos, palpitaciones o cualquier otro síntoma que limite la ejecución de la actividad que está realizando. La sensación de falta de aire es un síntoma esperable durante las primeras semanas de recuperación de la enfermedad. Tome las pausas que sean necesarias.
Hable con su médico o kinesiólogo, si presenta dificultades o no puede realizar correctamente algún ejercicio en particular. Puede escribirnos a kinesioterapia@hcuch.cl, poniendo en el asunto su nombre y el nombre del kinesiólogo que lo atendió.
Respire durante los ejercicios lentamente, tomando aire por la nariz y botando por la boca. No contenga la respiración durante el esfuerzo o durante los ejercicios de fortalecimiento. Esto puede causar cambios en la presión sanguínea y además podría ser perjudicial para su columna.
Hacer los ejercicios de forma correcta y con seguridad son dos cosas que van de la mano. Para prevenir lesiones es muy importante no hacer movimientos bruscos. Realice los movimientos de forma suave y continua.
Uso escala de Borg
Reconocer el cansancio en su propio cuerpo es fundamental para dosificar el ejercicio a realizar, ya que el sobreesfuerzo podría traer complicaciones y,por el contrario, un ejercicio que no genere esfuerzo sería insuficiente para la recuperación que buscamos.
Para cuantificar la sensación de cansancio utilizamos la escala de BORG.
La actividad física debe realizarse el primer mes posterior al alta. Debe comenzar con intensidad leve, es decir, con una percepción de esfuerzo 3-4, especialmente en personas que requirieron aporte de oxígeno. Si al realizar un ejercicio percibe un cansancio mayor, haga una pausa, descanse hasta que este cansancio ceda y luego baje la intensidad del ejercicio, ya sea disminuyendo el número de repeticiones o haciendo las pausas que requiera. El aumento gradual del ejercicio debe basarse en sus síntomas.
Usted podrá sentir sensación de falta de aire (disnea) o fatiga el primer periodo. Si esta sensación persiste en el tiempo, usted debería consultar con su médico tratante y realizar un programa de rehabilitación respiratoria. La tos puede ser un síntoma persistente, por eso es indispensable que la intensidad del ejercicio o el tiempo de realización de éste no genere aumento de la tos. Si usted cuenta con saturómetro, la saturación durante el ejercicio no debe ser menor a 92%.
Las personas con Covid-19 que experimentaron los siguientes síntomas: dolor de garganta intenso, dolor de cuerpo, dificultad para respirar, fatiga general, dolor en el pecho, tos o fiebre deben evitar el ejercicio de intensidad moderada o alta (mayor a BORG 4) entre 2 a 3 semanas después del cese de esos síntomas.
Ejercicios recomendados
Para descargar los ejercicios, presione cada vínculo y se desplegarán set de ejercicios en formato PDF.
Recuerde que la actividad física debe realizarse el primer mes posterior al alta. Debe comenzar con intensidad leve para poco a poco ir incrementándola. Si al realizar un ejercicio percibe un cansancio mayor, haga una pausa, descanse hasta que este cansancio ceda y luego baje la intensidad del ejercicio, ya sea disminuyendo el número de repeticiones o haciendo las pausas que requiera. El aumento gradual del ejercicio debe basarse en sus síntomas.
Ejercicios para la fuerza y estiramiento
Progresión paulatina a las actividades diarias, laborales o deportivas
Las actividades del hogar como cocinar, barrer, sacudir son de un bajo costo energético, por lo cual no debieran generar una sensación de cansancio mayor. Si esto ocurre, tome pausas. Por el contrario, subir escaleras es una actividad de una alta demanda energética, por eso debiera realizarlo de manera pausada. Es importante que durante el primer mes posterior a su alta no realice ninguna actividad de intensidad BORG 4 o mayor, es decir, nada que implique una respiración más profunda, por ejemplo, pasar la aspiradora, mover muebles y realizar aseo profundo.
Si usted realizaba ejercicio previamente, el retorno a estas actividades puede ser un poco más precoz, siempre y cuando su médico no se lo contraindique al momento del alta. Sin embargo, es indispensable que comience de una manera gradual, desde una intensidad leve (3-4), progresando a una intensidad moderada (4-6) y no antes de dos semanas desde que cedieron los síntomas.
Se ha propuesto un período de 3 a 6 meses de descanso completo de los programas de entrenamiento para cualquier atleta que padezca miocarditis. El período de descanso depende de la gravedad clínica y la duración de la enfermedad, entre otros factores. Los atletas deben someterse a una reevaluación periódica debido a un mayor riesgo de progresión clínica silenciosa, en particular durante los primeros 2 años.