El ambiente como aliado: mantenga el orden
El ambiente como aliado: mantenga el orden
¿Le ha pasado que cuando la casa está muy desordenada, le cuesta pensar y demora mucho más en organizarse y realizar sus actividades? Esto se debe a que el ambiente es el escenario donde se desenvuelven las personas y puede ser un aliado o un verdadero obstáculo para la vida diaria.
Tras una lesión cerebral es probable que la persona afectada pueda presentar dificultades o le tome más tiempo el poder identificar objetos, concentrarse, recordar cosas u organizar tareas. Por este motivo es importante mantener el ambiente ordenado como una estrategia terapéutica que busca adaptar el entorno a las capacidades físicas y/o cognitivas de las personas, lo que permite:
– Mayor independencia y autonomía en las actividades diarias.
– Favorece sensación de control, eficacia y tranquilidad.
– Disminuye el riesgo de accidentes.
– Disminuye la ansiedad y el estrés.
– Favorece la orientación en tiempo y espacio.
Las terapeutas ocupacionales del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación, Katherine Silva y Nicole Jara, entregan las siguientes recomendaciones sobre cómo favorecer el desarrollo de actividades de la vida diaria en personas con daño cerebral adquirido.
– Asegure que el ambiente este libre de obstáculos, mantenga espacios bien iluminados, despejados, organizados y con espacios para trasladarse de un lugar a otro.
– Asigne un lugar para cada cosa y manténgalas en ese lugar, por ejemplo, mantener los útiles de cocina siempre en el mismo lugar y el mismo orden.
– Use contrastes visuales para identificar orillas, peldaños y bordes de puertas. Rotule e indique con imágenes dónde va cada artículo.
– Es importante no saturar a la persona. Reduzca distractores, como el ruido u otras fuentes de estímulos.
– Entregue instrucciones breves, claras y concretas, mirando a la persona y esperando que logre comprenderlo. Si va a hablarle o realizar una actividad, primero apague el televisor y baje el volumen de la radio.
– Ayúdelo a pensar; no decida ni haga todo por la persona que cuida; déle la oportunidad de pensar y hacer cosas por sí solo. Puede darle algunas claves, como preguntarle qué actividad desea realizar, qué objetos necesita para hacerlo, por dónde va a partir. Intervenga sólo si la acción a realizar lo pone en riesgo a usted o a su familiar.
– Es importante respetar la individualidad del otro y sus decisiones, permitirle participar de actividades que le sean atractivas y que guarden relación con su historia de vida, con lo que siempre le ha gustado hacer. Por ejemplo, puede comenzar por preguntarle qué actividad desea hacer el día de hoy, qué ropa vestir o qué desea desayunar.
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